Este texto explica en qué consiste el proceso de individualizar una calefacción central mediante el uso de repartidores de costes. Se desaconseja esta técnica puesto que el autor de este texto ha podido comprobar en su propia instalación que las desventajas son mucho mas elevadas que las prácticamente inexistentes ventajas.
1. Calefacción Central
Se entiende por «calefacción central» la técnica en la que una caldera común calienta el agua del sistema de calefacción de todos los vecinos de una vivienda o bloque de viviendas. El agua caliente se distribuye por todo el edificio, típicamente mediante varios tubos de agua ascendente y descendente que atraviesan simultáneamente todos los pisos de cada bloque.
De este modo el coste de la calefacción se divide entre todos los vecinos por igual. El objetivo de individualizar la calefacción central consiste en permitir la regulación de cada radiador del edificio de forma que cada vecino pague exclusivamente por lo que consumen sus radiadores. Como veremos este objetivo no se consigue, y además el sistema es totalmente contraproducente puesto que prácticamente todos los vecinos tienden a pagar más por tener sus casas más frías que con el sistema anterior.
2. Cómo Individualizar calefacción central
En este apartado se explica cómo se procede para individualizar un sistema de calefacción central. Tras las instalación, cada radiador tendrá el siguiente aspecto:
En cada radiador se instalan los siguientes elementos:
- Válvula termostatizable + Cabezal termostático: Son los elementos que se observan en la entrada de agua del radiador. Permiten ajustar la temperatura de la habitación regulando el caudal de agua caliente que entra en el radiador.
- Repartidor de Costes: Es el dispositivo situado en medio del radiador en la foto. Es la pieza clave de el sistema de individualización. El repartidor mide la diferencia de temperaturas entre el exterior y el propio radiador y estima un consumo de energía para dicho radiador.
Hay un detalle muy importante a tener en cuenta. Típicamente, no existen dos tubos, uno con agua entrante y otro con agua saliente, para cada hogar. En su lugar se usan ascendentes y descendentes, que son tubos que atraviesan el edificio en vertical. De este modo, en cada hogar hay dos tubos por habitación, y por tanto todos los tubos se comparten entre todos los vecinos. Por este motivo no se puede medir realmente el calor disipado en cada hogar, y por ello se emplean los repartidores de costes, que no miden, sino que estiman el consumo de cada hogar.
3. Desventajas de individualizar calefacción central
Típicamente la ventaja más mencionada de la individualización es que se puede regular cada radiador de acuerdo a las necesidades de cada hogar. La realidad es que no es necesario usar este sistema para tener esa ventaja. Eso se puede conseguir con el sistema tradicional abriendo o cerrando más la llave de cada radiador. Además, las múltiples desventajas de la individualización son las siguientes:
- Obra: No siempre hay espacio adecuado para poner las válvulas termostáticas en cada radiador. El sistema original no se diseñó para ellas. Eso puede traducirse en la instalación de válvulas con menos prestaciones y en chapuzas que cada vecino esta obligado a hacer en su casa. Tener en cuenta que el coste de esta instalación la paga cada vecino y puede ser elevado.
- Coste de materiales: Aparte de las obras anteriores, hay que tener en cuenta el coste de cada visita del proveedor de la individualización (46 euros más IVA en mi caso), el coste de cada repartidor de costes (27 euros más IVA) y el coste de cada válvula más cabezal termostático (30 euros mínimo). En un hogar con 7 calefacciones estamos hablando de casi 500 euros más el precio de la obra si fuera necesario adaptar algún tubo para la instalación de las válvulas.
- Renovación de repartidores: Cada vez que un repartidor de costes se rompe o se le gasta la batería (típico si hay niños en casa que le pueden dar al botón de lectura habitualmente), es necesario volver a pagar los 46€+IVA de la visita del instalador y los 27€+IVA de precio del repartidor. Mientras no se cambie el repartidor y este no funcione, la empresa asume que el radiador está encendido todo el rato y le asocia un consumo elevadísimo.
- Precio de lectura de repartidores de costes: la lectura de consumo de cada repartidor se hace cada mes a distancia, típicamente por un protocolo conocido por RFID. La empresa intermediaria cobra 1,25 euros por repartidor y mes. Es decir, en un hogar con siete repartidores, y una temporada de calefacción de seis meses, hay un coste adicional para el propietario de más de 50 euros.
- Estimación: Los repartidores de costes no miden el consumo real. Como se ha explicado arriba no pueden hacerlo. Simplemente estiman midiendo la diferencia de temperaturas entre el radiador y el exterior, mediante la asignación de un factor K en función de las características de cada radiador.
- Invención: en algunos casos, por ejemplo un radiador cerca de una bañera, no es posible poner el repartidor de costes por riesgo de rotura habitual debido a la humedad. En esos casos no se pone el repartidor y se inventan el consumo, lo cual, en mi opinión, da muy poca credibilidad al sistema. Por supuesto que en ese caso siguen cobrando el coste de la lectura/invención de dicho radiador.
- Calor generado en los tubos de distribución: los repartidores de costes se ponen en los radiadores, pero también se consume mucha energía por los tubos de distribución del agua. Como ese consumo no se puede medir, simplemente lo estiman, que es como decir que se lo inventan, lo que incide más en la idea de que nadie paga por lo que realmente gasta.
- Coste elevado incluso si no se enciende la calefacción: en mi comunidad, sumando los costes estimados de consumo de los tubos de distribución, más la lectura de los contadores, el precio mensual asciende a más de 65€ incluso cuando no se ha encendido ni un solo radiador en todo el mes. Los que quieren poner este sistema para ahorrar porque no están en casa y piensan que así no van a pagar nada, que se borren esa idea de la mente.
- Los radiadores no se pueden tapar: como se ha explicado el repartidor de costes mide la diferencia de temperaturas entre el radiador y el exterior. Cuando está tapado, normalmente por un típico mueble cubre radiador, el repartidor no mide bien las temperaturas y asigna un consumo elevadísimo a dicho radiador.
- Repartidor al que le da el sol: en línea con el punto anterior, si por un casual al repartidor le da el sol exterior de forma que le confunde en la medida de temperaturas, puede asignar un consumo elevadísimo al radiador, como si estuviera siempre encendido, aunque en realidad haya estado siempre apagado. Cuando se ponen en marcha estas instalaciones es típico que a algún vecino le llegue una factura desproporcionada que no corresponda en absoluto a su consumo real.
- Ruido: los cabezales termostáticos que regulan el paso del agua para ajustar la temperatura de la estancia, generan un ruido muy incómodo, lo suficiente como para no poder ni ver la tele. Eso se debe a que se escucha como se va regulando el paso del agua permanentemente y como entra en el radiador.
- Pérdida de eficiencia: normalmente los edificios dotados de calefacción central están bien aislados térmicamente del exterior, pero poco aislados térmicamente entre pisos y plantas. De esta forma, al encender todos los radiadores a la vez, se consigue un calentamiento uniforme del edificio de forma muy eficiente. En cambio, al individualizar, si solo se encienden los radiadores de un hogar, el calor se dispersa entre los pisos colindantes en los lados y arriba y abajo, de forma que el consumo de energía es muy poco eficiente para el propietario, porque no se transforma en calor. Esto incurre en un mayor coste.
4. Conclusiones
Se desaconseja individualizar un sistema de calefacción central por las múltiples desventajas mencionadas. En resumen, la individualización es una mala idea porque los edificios dotados con calefacción central se construyeron para ser óptimos térmicamente con dicho sistema, y porque la individualización requiere la incorporación de una empresa intermediaria «parásita» que cobra una importante cantidad de dinero que no se transforma en calor.
Si a pesar de todo, en alguna comunidad deciden individualizar su calefacción central, recomiendo encarecidamente optar por una empresa intermediaria que coloque repartidores de costes de código abierto. De esta forma, si la comunidad decide cambiar la empresa intermediaria que realiza la lectura de los repartidores, no será necesario cambiar dichos dispositivos, ahorrando una importante cantidad de dinero a cada vecino.
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